Apuestas pedagógicas para fortalecer la Dimensión personal – social en la primera infancia.



APUESTAS PEDAGÓGICAS PARA FORTALECER LA DIMENSIÓN PERSONAL - SOCIAL EN LA PRIMERA INFANCIA.




Para comenzar a fortalecer en la primera infancia la dimensión personal social, lo primero que se debe realizar es la estructura el currículo, que actualmente está más enfocado a desarrollos cognitivos, por un currículo donde se trabajen los afectos, emociones, sentimientos personales y colectivos. Es necesario crear vínculos entre padres y docentes ya que tanto en la escuela como en la familia se desarrolla la dimensión personal social siendo el sentimiento de apego el primero manifestado por los infantes.
En esta etapa es necesario ayudar a descubrir en los niños que son seres únicos, cuáles son sus emociones y sentimientos, al tiempo que va reconociendo los de sus semejantes, descubriendo las diferentes acciones que permiten estar en un estado emocional u otro.
El aspecto socio afectivo del desarrollo integral de los estudiantes ratifica el fortalecimiento de una serie de habilidades necesarias para su crecimiento personal y social, las cuales se relacionan con la identificación y control de las propias emociones, el reconocimiento de los aspectos más relevantes del comportamiento humano, el hecho de ponerse en el lugar del otro, el manejo de los problemas, la actuación con sentido ético y la capacidad de comprender las emociones de quienes los rodean.  Al respecto, Fandiño et al. (2010), afirman que:

En el ingreso del niño y la niña a una institución de Educación Inicial o cuando se integra por primera vez a un ambiente escolarizado, las posibilidades de establecer relaciones de apego con su cuidadora o cuidador, o con su maestra o maestro, son igualmente fundamentales para su bienestar personal, su adaptación a los nuevos espacios, tiempos, relaciones y para la generación de confianza en otros. En ese sentido, las personas adultas que hacen parte de estas instituciones deben tener claro su papel como sujetos de apego, de “contenedores” de las necesidades, deseos, temores, expectativas y ansiedades que implican para el niño y la niña su ingreso y permanencia en un espacio nuevo y desconocido.
Si bien tener en cuenta esta situación es muy importante al ingreso por primera vez del niño y la niña a una institución, la posibilidad de establecer una relación de apego positivo, sigue siendo fundamental a lo largo de toda la escolaridad e influye notablemente en el desarrollo de vínculos afectivos y sociales en el transcurso de la vida. Igualmente está amplia mente sustentado que el vínculo afectivo entre maestros, maestras y sus estudiantes, influye notablemente en la valoración y el deseo por el conocimiento.
Para abordar la reflexión en torno al desarrollo de niños y niñas en la dimensión personal social, se consideran tres ejes fundamentales: Identidad, Autonomía y Convivencia.

IDENTIDAD:  Se entiende como un proceso necesario mediante el
cual el ser humano puede reconocerse y percibirse como parte de una comunidad o de un grupo social, y a la vez como un sujeto activo, diferenciado de los otros, que tiene la capacidad de construir, reconstruir, transformar y dinamizar un sentido propio y personal de vida dentro de los distintos contextos culturales en los que se puede encontrar inmerso.


Desarrollos por fortalecer de 1 a 3 años de edad

La maestra o maestro posibilitarán experiencias en las cuales el niño o la niña:
• Establezca vínculos afectivos con la maestra o maestro, a través de las continuas interrelaciones, la comunicación corporal, verbal y de los cuidados que recibe.
• Se sienta seguro-a en compañía de las personas adultas que le rodean, a las cuales les expresa sus sentimientos.
• Se descubra a sí mismo-a a partir de juegos de exploración y movimiento, logrando diferenciarse paulatinamente del adulto y el entorno.
• Se identifique como una persona independiente a través del reconocimiento de su nombre, imagen, objetos y juguetes que le pertenecen.
• Manifieste cuáles son sus preferencias en medio de experiencias de movimiento, exploración, percepción, entre otras.

Desarrollos por fortalecer de 3 a 5 años de edad

La maestra o maestro posibilitarán experiencias en las cuales el niño o la niña:
• Reconozca que sus acciones y actitudes producen sentimientos y reacciones en las personas que le acompañan y en los objetos que manipula.
• Exprese oralmente sus sentimientos, intereses, ideas, opiniones y necesidades, entre otros, en diálogos con adultos o pares, en situaciones espontáneas o planeadas.
• Se identifique con algún sexo, teniendo en cuenta los rasgos característicos de su cultura y contexto social.
• Se identifique con otros niños, niñas y adultos, reconociendo características, gustos y necesidades comunes y distintas.
• Disfrute de juegos simbólicos, acercándose a los otros niños y niñas para compartir espacios y juguetes.


AUTONOMÍA: La libertad de la que puede ser consciente una
persona para pensar, decidir, plantear sus puntos de vista y contribuir al desarrollo social desde su actuar cotidiano, es consecuencia directa de la concepción que ha construido de sí mismo, de la confianza y la seguridad que tenga de sus elecciones y de los múltiples vínculos interpersonales que ha tenido que tejer, para poder relacionarse con otros y así asumir responsablemente sus decisiones ante sí mismo y ante los demás.


Desarrollos por fortalecer de 1 a 3 años de edad

La maestra o maestro posibilitarán experiencias en las cuales el niño o la niña:
• Se adapte tranquilamente a rutinas cotidianas como los momentos de comer, higiene y juego dentro del contexto del jardín o la institución educativa.
• Se mueva por el espacio buscando satisfacer su curiosidad por los objetos, con los cuales experimenta y busca posibilidades.
• Se sienta seguro cuando se separa de su madre o maestra y tranquilamente inicie una actividad de manera independiente.
• Decida de acuerdo con sus intereses y necesidades sobre variadas alternativas que se le proponen.
• Controle esfínteres de acuerdo a su edad, características individuales y ritmos propios.
• Asuma responsabilidades sencillas como organizar los juguetes que ha utilizado, dejar sus objetos personales en el lugar destinado para tal fin (chaquetas, sacos, maletas).

Desarrollos por fortalecer de 3 a 5 años de edad


La maestra o maestro posibilitarán experiencias en las cuales el niño o la niña:
• Reconozca progresivamente sus capacidades utilizándolas para la realización de actividades en distintas situaciones de la vida cotidiana.
• Manifieste el interés por vestirse y desvestirse solo hasta realizarlo sin intervención de la maestra.
• Se muestre independiente en la realización de las actividades de higiene personal como cepillado de dientes, peinado y baño del cuerpo, entre otras, hasta desarrollarlas sin ayuda del adulto.
• Manifieste iniciativa por relacionarse con otros (tanto adultos como niños) a partir de conversaciones y juegos propios de la edad.
• Reconozca las normas y los acuerdos por medio de los cuales se regulan las rutinas cotidianas de la institución educativa.
• Se sienta tranquilo y seguro cuando manifiesta alguna molestia, opinión o quiera hacer algún aporte o pregunta.

CONVIVENCIA: La convivencia se entiende como un proceso en el
que el sujeto reconoce a los otros, establece relaciones con ellos, se siente perteneciente a una comunidad y, a la vez, puede armonizar sus intereses individuales con los colectivos a partir de normas y valores socialmente compartidos, entendiendo la norma como unos mínimos culturales y sociales que se heredan, se construyen y se interpretan permanentemente, para que el tejido social fluya y el sujeto pueda así ir reconociendo sus opciones, sus valores y por ende aclarando sus máximos individuales.

Además de la familia y el jardín infantil o el colegio, son contextos de socialización y convivencia todos los componentes de la ciudad como las instituciones de salud, los parques, los almacenes, los centros comerciales y los medios de comunicación como la televisión, el cine, los periódicos y la publicidad.

Desarrollos por fortalecer de 1 a 3 años de edad

La maestra o maestro posibilitarán experiencias en las cuales el niño o la niña:
• Establezca relaciones con sus compañeros, compañeras, maestros y maestras, compartiendo con ellos actividades en la cotidianidad (juegos, exploración del medio y de los objetos), a través de las cuales reconozca las normas, los pactos o los acuerdos propios del jardín o el colegio.
• Se adapte a diferentes contextos, estableciendo la relación entre los espacios y los usos de los mismos; asumiendo que hay un lugar para dormir, otro para comer y otro para sus necesidades fisiológicas.
• Se relacione con características propias de su cultura como juegos, canciones y costumbres.
• Se reconozca como integrante de su grupo en el jardín o en el colegio. • Identifique sus propios sentimientos y los de los demás como consecuencia de sus acciones.
• Exprese libremente sus sentimientos y opiniones sobre eventos cotidianos en la relación con sus compañeros y compañeras del jardín o el colegio.
• Participe en grupos de trabajo en los que deba compartir objetos e ideas y maneje el conflicto inicialmente con ayuda de otros.
• Tome decisiones respecto a situaciones cotidianas (participar o no de una actividad, en qué forma organizar un juego, etc.).

Desarrollos por fortalecer de 3 a 5 años de edad:

La maestra o maestro posibilitarán experiencias en las cuales el niño o la niña:
• Reconozca las características y cualidades de los pares y adultos, estableciendo relaciones de respeto, de valoración hacia el otro e identificándose con las mismas.
• Construya relaciones de confianza, cuidado, afecto y colaboración basadas en el respeto a los otros.
• Construya relaciones de confianza, cuidado, afecto, seguridad y colaboración basados en las normas y acuerdos de su entorno social.
• Busque solucionar situaciones conflictivas a través del diálogo y de manera independiente.
• Establezca acuerdos y reglas que se reconozcan y acepten en grupos de trabajo. • Participe de forma activa en los espacios de encuentro colectivo dentro del jardín infantil o colegio, como reuniones al inicio de la jornada para planear actividades diarias, asambleas, etc.
• Participe en grupos en los que opine sobre cómo organizar actividades y distribuir funciones y responsabilidades.
• Participe en grupos de trabajo en los que deba compartir objetos e ideas y maneje el conflicto, inicialmente con ayuda de otros.
• Opine sobre situaciones de su jardín o colegio, de la familia, de su ciudad y su país”. (P.73 – 91)

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